domingo, 4 de marzo de 2012

Aprecia su valor

Qué poca importancia le otorgamos a las cosas importantes.
Me refiero a las que damos por supuestas y que no están al alcance de todos, por más que nos extrañe. Por ejemplo, caminar, sentarse, levantarse, rascarse un pie, comer. Son actos tan habituales que los subestimamos. No reparamos en la suerte que tenemos los que los llevamos a cabo, con normalidad, frente a los que no pueden. Hemos de vernos privados de alguna habilidad de este tipo, para apreciar, en su justa medida, su valor. Sólo cuando nos rompemos un brazo, nos inmovilizan una pierna o nos cortamos en un dedo, entendemos cuanto tiene de primordial. Párate a pensarlo de vez en cuando y alégrate de que tengas la capacidad de hacer lo que haces. Parece algo muy tonto, de tan básico como es, pero no siempre tomamos conciencia de ello, ni lo tenemos presente. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Alicia, soy una persona afortunada por miles de razones, todas ellas sencillas en su esencia, sin grandes lujos ni ostentaciones, pero básicas y necesarias para cualquier persona. Te comento esto a colación de tu publicación, y es que yo soy de esas personas que cada mañana y cada noche pienso en lo afortunada que soy por tener todo lo que tengo y tener a quienes tengo conmigo. Veo a diario (por mi trabajo) realidades tan opuestas, tan tristes y desafortunadas... que son esas vidas las que nos enseñan a disfrutar más de los pequeños momentos, de nuestros amigos, padres, hermanos, cuñados, suegros... (a éstos deberíamos dedicarles unas palabras con el fin de desmitificar la imagen de los mismos. Suegros no es sinónimo de "malos, agobiones, egoistas...Al menos yo no conozco esa faceta. Por esto, también soy afortunada).
Saludos.
Bea la "cuñadita" de esa amiguina tuya llamada Amaya.

Ali dijo...

¡La mamá de Carolina!, así cualquiera, ¿cómo no te vas a sentir afortunada tú, con ese sol en casa?