martes, 6 de marzo de 2012

Papa Gaye

Hoy la entrada tiene nombre propio pero es un nombre que representa a un montón de nombres más, Pate, Moustapha, Mamadou, Jawara, Saer, …
Todos son Senegaleses que un día dejaron su tierra, alejándose de sus familias, en busca de un paraíso en el que conseguir fortuna, para poder volver como héroes y salvadores de su clan.
Pero la realidad llegó con el propósito de destruir sus sueños al imponerse de una forma adusta y brutal.
Te hacen partícipe de todo cuando recuerdan como salieron de su país en dos pateras, como una naufragó y la suerte que tuvieron porque ellos se salvaron.
Algunos llevan aquí cuatro o cinco años ya y aún así, siguen confiando.
Intentan encontrar la manera de superar los baches.
Son orgullosos, educados, respetuosos, pacíficos, sosegados, tranquilos. Piden ayuda en el momento en el que ya no pueden más; y la duplican. Tienen esa capacidad. Por poco que les des siempre lo reparten entre los 6 u 8 con los que conviven, entre sus conocidos, entre los que consideran que lo están pasando peor. Todos son compañeros entre si. Se apoyan los unos en los otros. Viajan por España pensando que quizá en otro lugar tengan más suerte.
Pues a ellos, desde aquí, quiero agradecerles hoy, que pese a sus problemas, a sus dificultades e incertidumbres, estén siempre dispuestos a regalarme un gran saludo.
Gracias por dedicarme a diario una enorme sonrisa blanca que brilla en medio de vuestras caras tan negras y gracias por ese: “Hola, ¿qué tal?, yo bien, sí, bien, gracias” rápido y mal pronunciado que me alegra el día.
Si ellos pueden ¿por qué nosotros no?

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