martes, 10 de abril de 2012

Chucherías

Pocas cosas me ponen contenta tan rápido y con tan poco esfuerzo. Me gustan todas, los palotes, el regaliz, los gusanitos, las gominolas de melocotón, los caramelos de café con leche, los morenitos….Hoy he ido al quiosco y he descubierto las piruletas de corazón.
_ “¿Cómo puede ser, una profesional como tú, pero si son un clásico?” diréis.
Ya, ya, pero es que las que venden ahora son: AZULES. Si guapinos, azules como un pitufo, azules como la sopa de Bridget Jones, azules como el pelo de Lucia Bosé.
El sabor: una mezcla entre mora y grosella. Están ricas, pero para mi gusto, un poco insípidas, algo sosas, poco intensas, como si el potenciador estuviese diluido en exceso o no fuese suficiente.
Lo peor: te dejan la boca como si hubieses chupado un bolígrafo.
A los niños les encantará enseñarse la lengua todo el rato; si eres adulto y tu pareja es un poco escrupulosa te aconsejo que la pruebes un día en el que no quedéis; para los demás: compartidla.

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