Las cosas nos preocupan en la medida en la que nos afectan. Somos egoístas. Es así. Y si no me creéis preguntaos que os inquieta. ¿La crisis? ¿Pero cuál, la qué está sufriendo Europa, la qué tiene España o la qué ves venir tú en tu familia? ¿El paro? ¿Pero cuál, el qué hay en tu país, el qué hay en tu ciudad, el qué hay en tu casa? A mi me desazona que la gente alterne menos. ¡Qué chorrada! diréis. Ya, es que yo trabajo en un bar. A mi vecina le angustia que su hijo pequeño coma mal, porque es el suyo, claro está. Pues bien, si consiguiésemos que a todos nos desasosegase todo, lograríamos cambiar el mundo, pero nuestra naturaleza individualista sólo hace disgregarnos. Únete a una causa que consideres justa y lucha por ella.
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