jueves, 5 de julio de 2012

Rompecabezas

Tuve una profesora de matemáticas, en 2º de B.U.P., empeñada en hacernos desconfiar de todo lo que nos enseñaba, extraño ¿verdad?
Pretendía que cotejásemos la información, que comprobásemos por nosotras mismas lo que nos transmitía, que consultásemos en otros libros distintos tipos de problemas, que los pusiésemos en común en clase…en fin, que nos implicásemos en nuestra propia educación académica sin limitarnos a tomar apuntes y reproducirlos tal cual en los exámenes.
Ella amaba su profesión he intentaba despertar en nosotras el gusto por aprender. Cuando alguien está entusiasmado con algo busca la forma de contagiar su interés, nada te puede frenar, hablas de ello constantemente con tus conocidos, con tus amigos, con los amigos de tus amigos, incluso puedes llegar a repetirte en más de una ocasión, algunos te mirarán como si estuvieses poseída, otros se dejarán convencer.
Sé bien de lo que hablo, esta entrada es la número 153, y aún siento la necesidad de inocular el positivismo en todo aquel que se acerque hasta aquí, de convenceros que cada hecho que sucede en el mundo tiene algo bueno de lo que poder aprender.
Y cuando percibamos que el sentido de las cosas no existe: parémonos, miremos hacia atrás y démonos cuenta de que aquello que no entendíamos en su día ha encajado ya.
Así que sigamos caminando, muchas veces pensaremos que vamos a ciegas, no hay de que preocuparse, las piezas se acoplarán con el tiempo.

No hay comentarios: