martes, 28 de febrero de 2012

I.T.V.

Tengo un coche que ha de ir mañana a pasar la revisión. No sé como estará él pero a mi me pone de los nervios. Me recuerda a los exámenes del colegio, la desventaja aquí es que por mucho que estudies no sabes nunca si aprobarás. ¿Qué le encontrarán esta vez? me voy preguntado por el camino.
Es un vehículo antiguo, no lo uso a penas pero cuando lo necesito ahí está.
Su compra resultó algo extraña, nada habitual. Lo escogí por teléfono, en un día me decidí; sin verlo y sin probarlo. Era el año 2003. Mi tía Mamen, que vive en Madrid, lo encontró en un taller de confianza. El dueño aseguraba que estaba hecho un “pimpollo”, que lo habían cuidado muy bien y que era perfecto para mí. Ese mismo fin de semana me lo trajeron a Gijón. Tuve que tomar clases prácticas porque llevaba seis años sin conducir. Le pegué incluso una L para advertir al resto del mundo que tuviesen cuidado y paciencia conmigo. Hoy por hoy y después de algún que otro arreglillo ahí sigue, dando caña, mi querido Pimpollo. Si mañana te portas bien te regalo unos litros de super.

No hay comentarios: