miércoles, 21 de marzo de 2012

Patadas al diccionario

La comunicación verbal. Me gusta hablar bien. Nada de tacos. Nada de tiempos verbales mal aplicados. Nada de escatimar en el número de palabras que lo único que consigue es empobrecer el mensaje y crear confusión. Nada de extranjerismos.
Ya está aquí la radical.
Bueno, sólo los indispensables, aquellos que se denominan crudos, los que no tienen equivalencia en nuestra lengua. Es que tengo la sensación de que nos ha invadido una cantidad tan grande de ellos que ya no sabemos ni si hay traducción.
Al escuchar una conversación entre adolescentes, te darás cuenta. Entre palabras malsonantes, siglas, frases cortadas, giros populares, abreviaturas, anglicismos y términos tecnológicos, es más fácil entender chino que español.
_ “Va, eso a mí no me pasa”, diréis. La propuesta de hoy: grabaos mientras comentáis algo con un amigo y después oíd lo que decís. Os sorprenderá.
Por eso una cosa que me encanta de las telenovelas, (además de que siempre acaben bien) es la corrección, la precisión y la propiedad con la que usan nuestro vocabulario. No es que reivindique el uso de “chévere” o “macanuda”, sino que dentro de nuestras posibilidades hablemos mejor.

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