lunes, 16 de abril de 2012

Pintadas

Seguro que más de una vez habéis visto en cualquier fachada, escaparate, papelera…la firma de un adolescente hecha con aerosol, un corazón de tiza que encierra dos iniciales, un insulto pintarrajeado en la valla de una obra, un falo de dimensiones imposibles dibujado con rotulador…
Creo que el autor de esos gráficos busca protagonismo, autoafirmación, lo que vienen siendo: sus cinco minutos de gloria. A mí, la verdad,  no me aportan nada, pero entiendo el acto como una forma de soberanía juvenil.
Pues hoy, en la típica pegatina que hay en cualquier cabina de ascensor, donde queda reflejada la última revisión sufrida por la máquina, además de las explicaciones pertinentes, tales como: el nombre del técnico que acudió a hacer el trabajo, la hora y el día exactos, etc. aparecía una frase impresa que decía así: Que pase un buen día.
A lo que algún niño contestó con una palabra escrita a bolígrafo que rezaba: IGUAL!!!
Inmediatamente me hizo sonreír.
Os lo cuento porque me ha parecido reconocer, en ese pequeño detalle, la actitud que reclamo yo para la vida.

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