domingo, 3 de junio de 2012

Leyes

_ Si le ordenara a un general que volara de flor en flor como una mariposa, o que escribiera un drama, o que se transformara en gaviota, y el general no ejecutara la orden, ¿de quién sería la culpa, mía o de él?
_ Sería vuestra, dijo firmemente el principito.
_ Exacto. Hay que exigirle a cada uno aquello que es capaz de hacer o de dar, replicó el rey. La autoridad debe basarse sobre la razón. Si tú ordenas a tu pueblo que se arroje al mar, él hará la revolución. Tengo el derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables.
Texto extraído del libro: El principito.
Es increíble que haya gente que aún se extrañe de que este libro, encasillado en un tipo de literatura denominada Juvenil, me guste tanto. Pero si no tiene más que enseñanzas morales definidas de una manera tan clara que hasta los niños las comprenden fácilmente. A más de uno le obligaría yo a leerlo una y otra vez, para que tomase buena nota y dirigiese a sus súbditos basándose en la razón y no en su propio beneficio.

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