lunes, 9 de julio de 2012

Laceraciones

Hay un libro de Antonio Gala en el que se plantea una cuestión que me parece interesante: ¿Quién es el dueño de la herida?, ¿el que la causa, el que la padece, el que la puede curar…?
Es obvio que todos tenemos nuestra parte de responsabilidad.
La mía concretamente, en el caso que voy a contaros, también existe.
Hace poco me lastimaron, y a pesar de ser la persona atacada, tengo mi porción de culpa. No porque haya hecho algo para merecerme la injuria, sino por retroalimentar el dolor cada día.
Sí amigos, no hay nada peor, ni más insano, que pensar y darle vueltas a lo mismo, durante mucho tiempo, sin hablarlo con la persona indicada.
A mí me cuesta horrores, sobre todo si no hay mucha confianza, decir lo que siento. Pero he aprendido que no hay otra salida para la sanación.
Sólo después de haber tratado el tema podrás olvidar, perdonar y pasar página.

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