martes, 31 de julio de 2012

Olores

El sentido del olfato es uno de mis preferidos. Con él vivo las cosas más intensamente. Por eso, si tengo catarro lo paso fatal, porque me pierdo cantidad de sensaciones, parece que habito dentro de una caja y no soy capaz de percibir el mundo en su totalidad.
Y es que, ¿existe algo más evocador que un aroma? Gracias a ellos puedo rememorar épocas pasadas, recordar a personas queridas, volver a lugares en los que sólo he estado una vez, revivir situaciones felices… Así, en el instante en el que el olor adecuado llega a mí de una forma casual, sin previo aviso, de sopetón, intento retenerlo, aspiro con avidez, ansiosamente, me hiperventilo y me llego a marear. Cualquier cosa con tal de resucitar un momento especial.
M. Proust lo describe, a la perfección, en su libro En busca del tiempo perdido, cuando cuenta cómo, el acto de tomar un té con magdalenas, le transporta a su infancia.
Pues, sea cual sea, el sentido que te ayude a reencontrar sentimientos hermosos, cultívalo; merece la pena.

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