miércoles, 7 de noviembre de 2012

El hábito no hace al monje

Todos tenemos un gusto en el vestir que suele dejar entrever nuestra personalidad. El mío es un poco rancio, clásico sonaría mejor pero, mal que me pese, no se ajustaría tanto a la realidad.
Resumiendo, en mi armario abundan los básicos: camisetas fácilmente combinables, colores neutros, cortes poco arriesgados; nada rompedor, nada llamativo.
Y el calzado es más o menos igual: playeros, bailarinas, katiuskas con dibujos infantiles… Pero hoy, no sé que me ha ocurrido que, al pasar por una zapatería me he transformado y he comprado unos botines tipo militar. Ha sido probármelos y sentirme una chica mala, me ha encantado. De veras, tenéis que verme, parezco otra y lo más extraño es que me gusta. Así que estoy temblado porque, ¿qué será lo próximo, ropa sexy?, ja, ja, ja.
Ahora en serio, os invito a intentarlo con un estilo distinto, esto también es otra forma de darnos vidilla y alegría. No dejéis de comentarme como os ha ido.   

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