martes, 6 de noviembre de 2012

El firmamento

A mi amiga Tina le encantan las estrellas. De hecho, el techo de su habitación está cuajado de ellas. Las hay grandes, pequeñas, redondas, con puntas… Están preparadas para absorber la luz del día y por la noche brillan en la oscuridad. Lleva ya unas cuantas mudanzas, siempre se deja algo en cada casa que abandona, pero nunca las estrellas. Todas viajan con ella allí donde va.
No son lo mismo que las de verdad pero, mientras consigue una alcoba con un inmenso lucernario, amolda, a las circunstancias, su deseo de dormir bajo un cielo cuajado de luces.
Si tus anhelos son difíciles de conquistar adáptalos a tus condiciones personales. Al menos hasta que logres lo que te propones realmente.

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