viernes, 2 de noviembre de 2012

Gentileza

Ignoro que es lo que ha hecho que un chico me haya dejado pasar delante de él en la cola del supermercado, pero eso es lo que ha ocurrido realmente.
Yo estaba detrás, sin ninguna prisa, esperando mi turno pacientemente. Él se ha dado la vuelta, me ha tocado suavemente el brazo y con un simple gesto de cabeza me ha dado paso. Se lo he agradecido y entre sorprendida y azorada le he sonreído.
Me encantan esos pequeños y espontáneos actos de amabilidad. Los adopto como regalos que llegan sin previo aviso. Os propongo llevarlos a cabo con asiduidad. Obsequios tan baratos, y que gusten tanto, son difíciles de encontrar.

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