lunes, 5 de noviembre de 2012

Pasen y vean

Hace poco una chica me reveló las razones que la impiden visitar el blog.
_ Una: cree que su presencia me restringirá la libertad de escribir lo que quiera.
_ Dos: le da vergüenza inmiscuirse en mi intimidad.
Oírlo me dejó preocupada y con dudas. ¿Le ocurrirá lo mismo a más gente? ¿Me estaré excediendo con eso de abrirme? ¿Habré molestado a alguien?…así que después de reflexionar, concluyo,
_ Uno: ya sé que el 90% de la gente que escribe en internet miente, y también sé que en 262 entradas, que llevo publicadas, yo no lo he hecho aún.
Si cuento lo que cuento es porque lo siento así, independientemente de quien lo lea, quien pueda usarlo como terapia positiva, o a quien pueda disgustar.
_ Dos: en alguna ocasión me he ruborizado al narraros mis vivencias, pero jamás me había planteado que se pudiese experimentar lo mismo leyéndome. (Mucho deciros que hay que probar varios puntos de vista y la primera que no lo ha cumplido, en este caso, he sido yo.)
En resumen, lo que veis es lo que hay; no sabría hacerlo de otra manera.
La puerta está abierta para todo el que quiera entrar. Me encantaría que os encontraseis como en casa, pero si no es así, no pasa nada.

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