lunes, 9 de enero de 2012

Sin un ápice de frivolidad

Hoy he ido a la peluquería.
Entré con un aspecto deplorable y salgo como nueva.
Mi prima Sandra piensa que cuanto peor estés por dentro mejor te tienes que ver por fuera. Así que, si me la encuentro demasiado arreglada, o demasiado pintada, o extremadamente guapa, me echo a temblar.
Bromas aparte. ¿No os parece que es una teoría, la suya, con mucha lógica?, porque si estás alicaído ¿en qué te va a ayudar mirarte al espejo y verte mal?
Cuidar la apariencia física es fundamental para estar bien psíquicamente.
La sugerencia de hoy consiste en observarte. Revisa tu presencia. ¿Qué te gustaría cambiar?
Sed autocríticos pero realistas. No me digáis: “todo”, porque eso no vale. Y no me digáis: “el color de mis ojos”, porque eso es una bobada.
Puede ser el peinado, el bigote, la ropa, el maquillaje, las gafas, etc.
Pensad en algo que os haga sentir bien con vosotros mismos, que os favorezca, que muestre lo atractivos que sois. Y daos una vuelta por la calle. Dejad que los demás admiremos vuestro nuevo look.

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