domingo, 26 de febrero de 2012

Tú escoges

¡Uf, cómo vengo hoy! Con gana de polémica. Porque voy a poner patas arriba todo lo que teníais aceptado, establecido y asimilado hasta ahora como bueno, correcto y adecuado.
Las frases que os muestro a continuación no son mías (ya me gustaría, pero no) las he sacado de un libro de autoayuda que desde que lo descubrí, hace ya muchísimos años, se lo recomiendo a todo el mundo, incluso he llegado a regalarlo en alguna ocasión. Se titula: “Tus zonas erróneas” y está escrito por Wayne W. Dyer.
No será la última vez que os remita a él porque lo considero, un poco, como la Biblia de la felicidad. De hecho no entiendo porque he tardado tanto en mentarlo en este blog. Resulta muy interesante descubrir como, capítulo a capítulo, va trastocando todo nuestro mundo y nos hace tomar conciencia de que los métodos habituales no logran combatir la infelicidad.
Como ejemplo de lo que os cuento os traigo esto, para que meditéis. Leedlo y releedlo despacito.
Os advierto que tiene mucha miga.
1*: “Tú escoges como sentirte al enfrentarte con circunstancias difíciles”
2*: “Puedo evitar sentir lo que siento, pero he escogido estar enfadado”
3*: Silogismo:
_Premisa mayor: Yo puedo controlar mis pensamientos.
_Premisa menor: Mis sentimientos provienen de mis pensamientos.
_Conclusión: Yo puedo controlar mis sentimientos.
¡Ay, amiguinos! ¿Qué os parece? Resulta que nuestro estado de ánimo ya no depende de los demás, que no hay más responsable que uno mismo.
Y frente a esto algunos dirán: ¡Jolines, cómo me fastidia! Y otros sacarán en consecuencia: ¡Qué liberación!
Esto ya lo dejo a gusto de cada cual, que para eso hemos aprendido que de ahora en adelante nos vamos a sentir como nos de la real gana, porque sí, porque podemos elegir.
La verdad es que siempre hemos podido pero parece que hasta que alguien no te llama la atención sobre ello te olvidas y atribuimos nuestros malos humos al resto del mundo o a las circunstancias. Pues no. Tú sólo, con tu libertad colgando del brazo, tienes el poder de elegir.

No hay comentarios: