viernes, 30 de marzo de 2012

Siembra y recogerás

Hace cuatro años mis amigas, Cristina e Isabel, me regalaron una planta. Una spathiphyllum para ser más precisos. Era muy bonita, tenía hojas anchas, flores blancas y pistilos amarillos. Yo no soy muy buena cuidadora de seres vivos, no obstante, ésta debe de ser dura, pues sobrevive a mis atenciones estoicamente. Pero sólo eso: sobrevive. Porque algunas hojas tienen las puntas secas, más de una caña se dobla un poco hacia abajo, creo que el tiesto en el que estaba era demasiado pequeño y una vez marchitas las primeras flores jamás logré que volviesen a salir.
Se me ocurrió que sería mejor para ella vivir en el campo: sol, tierra, aire puro. Así que aprovechando mi visita al pueblo, me la llevé. Era la primera vez que cogía una pala, cavaba un hoyo en la tierra, lo regaba, plantaba una planta y la protegía con palos para que no se la comiesen los corzos. Qué cosa tan simple y tan primitiva. Pero ese acto, que yo estimaba irrelevante, despertó en mí un instinto que no sabía que tenía, un sentimiento de defensa, de atención y de cuidado hacia ese ser. Un vínculo que me obligará a estar pendiente de su estado, a preocuparme cuando llueva mucho, o el sol caliente en exceso y a inquietarme si alguien me cuenta que ha visto al jabalí rondando la huerta.
Además, gracias a todo esto, entendí mejor lo que quiere expresar El principito en el siguiente párrafo:      
El principito se fue a ver de nuevo a las rosas y les dijo:
_ Cualquiera pensará que mi rosa se parece a ustedes; pero ella sola es para mí más importante que todas ustedes juntas, porque ella es la que he cuidado y regado; ella es la que cubrí con el globo de cristal; ella es la que resguardé con el biombo; ella es la que libré de las orugas que le molestaban, dejando sólo aquellas que se volvieron mariposas; es ella la rosa que oí quejarse, alabarse o mantenerse callada. En fin, ella es mi rosa.
Es el tiempo que he pedido con mi rosa lo que la hace tan importante.
Soy responsable de mi rosa. 
Os recomiendo que viváis esa experiencia. Podéis llevarla a cabo con flores, animales o niños, depende de lo valiente que sea cada uno. Ánimo y suerte.

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